¡ Piercing en los baños del insti !
¡ Hola de nuevo !
En la entrada del hoy hablaré sobre los posibles conflictos a los que nos tendremos que enfrentar en el aula y sobre cómo podemos solventarlo.
Desde hace años, la situación del docente en el aula con respecto a los alumnos ha cambiado considerablemente, antes la autoridad y decisiones del docente se respetaban tanto dentro del aula como fuera de ella. Sin embargo, la situación actual ha cambiado mucho. Al mismo tiempo, también ha cambiado la propia relación del alumno con la educación en sí misma. La diversidad del alumnado en una clase es compleja, ya que cada uno de los alumnos viene de un contexto diferente, y al mismo tiempo, cada uno de ellos tiene unas necesidades educativas propias y específicas.
En este sentido, vamos a encontrarnos con alumnos de todo tipo: desde alumnos que poseen una motivación admirable, hasta alumnos que ya sea por un contexto familiar y social complicado, o simplemente porque no les interesa, su interés ante la clase es nulo. El problema se encuentra precisamente con este último tipo de alumnado, ya que como su última preocupación es la educación e ir a clase, intentará que su estancia en ella sea de todo menos educativa.
Generalmente, este tipo de alumno suele producir conflictos tanto verbales (insultos, menosprecios, etc.), como físicas (peleas, heridas) a otros alumnos, o incluso entre bandas. Al mismo tiempo, estos conflictos pueden darse tanto dentro del aula como fuera, por lo tanto, nuestra labor como docentes no es tanto evitar que se produzcan este tipo de conflictos, sino indagar en las conductas de los alumnos para hacerles ver que ese tipo de acciones no son ni cívicas ni correctas.
En el vídeo de Xesús Jares hay que destacar que dice: “no hay que centrarse solo en el contenido, hay que trabajar los contenidos del ámbito social-afectivo “, “si soy capaz de crear grupo, no van a desaparecer los conflictos, pero voy a tener más probabilidades de éxito en su resolución. Cuando consigo ese tipo de grupos, la conflictividad va a ser diferente.”De este modo, el profesor puede recurrir al Reglamento de Régimen Interior para solucionar algunos conflictos. Sin embargo, este también deberá poseer ciertas competencias y técnicas de resolución de conflictos, que le permitan reaccionar de una manera rápida y eficaz. Esto es importante, ya que como indica Xesús Jares, el conflicto es inevitable y, dependiendo de cómo nos enfrentemos a él, podemos agravarlo o reducirlo.
Se trata de una difícil tarea, ya que para conseguir que el alumnado cambie su conducta, debemos principalmente fomentar un desarrollo de trabajos cooperativos para creas relaciones positivas entre ellos. Si los alumnos se ven en situaciones en las que tengan que trabajar cooperativamente y obtener éxito para ellos mismos y para los demás, esto provocará ya sea de manera consciente o inconsciente, un fomento de la ayuda a los demás. Asimismo, este fomento de la ayuda a los demás promoverá que se entablen relaciones personales y duraderas entre los alumnos, lo cual desde mi punto de vista, supondrá una reducción de este tipo de conflicto.
No podemos olvidar que este tipo de trabajos cooperativos deben llevarse a cabo de forma habitual y con un funcionamiento a largo plazo. Además, sería buena idea informar a la familia para que participara, ya fuera en actividades desde casa o en actividades en el aula, en este tipo de trabajo en equipos, para inculcar estos valores también en casa.
Pd: El título del post hace referencia a una situación que se me vino a la cabeza cuando tratamos el tema de los conflictos del aula con Xoán.
Recuerdo como durante la ESO a tres chicas de mi clase les pareció una gran idea durante el recreo hacerse en el baño un piercing en la lengua (con un limón y una aguja). No se me olvidará nunca la cara de susto del profesor cuando una de ellas entro corriendo ensangrentada gritando que una de ellas se había desmayado. Ahora, que dentro de poco seré yo quién se enfrente a este tipo de situaciones me gustaría saber como enfrentarme a ellas de la mejor manera posible.
¡ Gracias por leerme !
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