La Enfermedad de Alzheimer.
¡ Hola de nuevo !
El 21 de septiembre se celebró el Día mundial del Alzheimer, por ello me ha parecido una excelente oportunidad escribir un post acerca de esta enfermedad. Además, el hecho de convivir con ella tanto por parte de mis abuelos paternos como maternos, me inspiró a querer realizar mi Trabajo Fin de Grado sobre las posibles dianas terapéuticas en la enfermedad, centrándome en las principales características neuropatológicas de esta: el péptido beta-amiloide y la proteína tau.
En la actualidad, las demencias son una prioridad de salud pública y un gran problema a nivel social, económico y sanitario. Según la Organización Mundial de la Salud, en 2015, la demencia afectaba a 47 millones de personas en el mundo, cifra que se prevé que aumente a 75 millones en 2030 y a 132 millones en 2050 si no se encuentran terapias efectivas. La Enfermedad de Alzheimer (EA) es el tipo de demencia más común, afectando al menos a 27 millones de personas en el mundo (aproximadamente al 60 o 70 % de los casos totales de demencia).
En 1907, fue el médico alemán Aloïs Alzheimer el que describió por primera vez la EA.
Durante la investigación de una paciente de 51 años observó síntomas como la amnesia, el delirio o la apatía. Después del fallecimiento de esta paciente, Alzheimer llevó a cabo una autopsia cerebral. Pero no fue hasta 1912 cuando Emile Kraepelin, basándose en los hallazgos descubiertos por Alzheimer, le otorgó el nombre de "Enfermedad de Alzheimer", diferenciándola de otras formas de demencia hasta entonces descritas.
La Enfermedad de Alzheimer es un trastorno neurodegenerativo crónico del sistema nervioso central caracterizado por el deterioro progresivo de la cognición, como consecuencia de la atrofia celular y la pérdida neuronal que se produce en la corteza cerebral de los pacientes. Generalmente la EA se manifiesta como una pérdida progresiva de memoria, alteraciones en el comportamiento y una deficiencia posterior del lenguaje.
El desarrollo de la EA no es atribuible a un único evento fisiopatológico, si no que es probable que sea el resultado de una combinación de procesos patológicos interrelaciones. Estos procesos, junto con los factores de riesgo asociados que predisponen a padecer la enfermedad, es lo que podría contribuir al progreso de la EA. Entre los principales factores de riesgo, se distinguen los no modificables (la edad y la genética) y los modificables (como el estilo de vida saludable y el riesgo cardiovascular).
En cuanto a la fisiopatología de la enfermedad, se han observado dos tipos de cambios neuropatológicos en el cerebro de los pacientes. El primero es la acumulación del péptido β-amiloide en forma de placas seniles, y la presencia de la proteína tau en forma de ovillos neurofibrilares, como se muestra en la Figura 1. El segundo tipo de cambio está asociado con la pérdida neuronal, que se caracteriza por la disminución del tejido nervioso como consecuencia del envejecimiento o de los cambios neuropatológicos mencionados. Esta pérdida provoca disfunción sináptica y atrofia celular del neuropilo, que es el tejido nervioso denso y entramado que forma las ramificaciones de las células nerviosas.
Figura 1. Imágenes representativas de las lesiones neuropatológicas de la Enfermedad de Alzheimer. La flecha roja en la imagen A señala los depósitos extracelulares del péptido β-amiloide que forman las placas seniles. En la imagen B la flecha roja indica la acumulación intracelular de la proteína tau hiperfosforilada que forma los ovillos neurofibrilares.
A lo largo de los años, se han propuesto varias hipótesis con el objetivo de identificar el origen de la enfermedad, pero ninguna ha sido completamente aceptada.
La hipótesis de la cascada amiloide a pesar de ser la teoría más aceptada y reconocida por la comunidad científica, no es capaz de explicar completamente la patogenia de la enfermedad, ya que se han encontrado placas seniles en pacientes sanos como consecuencia del envejecimiento.
En cuanto al diagnóstico, con el tiempo ha experimentado cambios significativos. Inicialmente, se basaba únicamente en un diagnóstico patológico obtenido mediante autopsia cerebral post-mortem. Sin embargo, en la actualidad se ha incorporado un enfoque clínico más completo. Este nuevo enfoque involucra evaluaciones que abarcan pruebas físicas, biológicas, cognitivas y neurológicas. Gracias a estos avances se ha conseguido realizar un diagnóstico más preciso y temprano de la EA.
Sin embargo, a pesar de ser la enfermedad neurodegenerativa con mayor prevalencia en todo el mundo todavía no existe una cura. Existen pocos tratamientos disponibles que se dividen en dos categorías: no farmacológicos, aquellos dirigidos a la estimulación de actividades biopsicosociales y los farmacológicos, capaces únicamente de mejorar la sintomatología (como el donepezilo, la rivastigmina o la memantina).
Dada la importancia que tienen los cambios neuropatológicos característicos de la EA sobre la progresión de la enfermedad, cada vez están adquiriendo mayor relevancia las terapias farmacológicas que buscan modificar la acumulación y agregación del péptido β-amiloide y la proteína tau en el cerebro. Comprender, por tanto, con mayor precisión la base molecular de ambos cambios permitiría diseñar moléculas con potencial para intervenir, en el caso del péptido β-amiloide para evitar la acumulación del péptido o en la eliminación de las placas seniles dentro del cerebro. Y en el caso de la proteína tau en su fosforilación y agregación.
En la actualidad estas estrategias dirigidas al péptido β-amiloide y la proteína tau ya se están investigando en estudios preclínicos y ensayos clínicos con el objetivo de mejorar la calidad de vida de los pacientes, proporcionando una prometedora perspectiva para el desarrollo de tratamientos efectivos.
" Porque nunca olvidemos a los que nunca quisieron olvidarnos "
Espero que os haya gustado
! Gracias por leerme !
Bibliografía
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Ójala avances en esos estudios de tu TFM, en algún sitio tiene que estar la cura, la reversión, ¿te imaginas que consigues dar con ello?
ResponderEliminarMuchas gracias por tu comentario Esther! Ojalá algún día se encuentre una cura para esta enfermedad tan devastadora, sobre todo para el entorno familiar.
EliminarMe encantaría poder ser yo quién la encontrará, pero si es verdad que el mundo de la investigación es complejo y frustrante en muchos casos, pero por eso es muy importante ofrecer más ayudas económicas para todo este tipo de estudios. Ojalá en un futuro próximo poder hacer otro post contando que se han encontrado grandes avances en la búsqueda de un tratamiento que consiga frenar la enfermedad.
Qué interesante y qué importante me parecen todas las ideas que reflejas sobre esta enfermedad, por desgracia he podido observar el sufrimiento de algunas personas cercanas que han pasado por ello. Sin duda creo que es de las enfermedades más desoladoras que puede haber, gracias por dedicar tu tiempo en ella y tratar de buscar soluciones. Me parece todo un reto al que seguro que eres capaz de llegar!
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